Buscando crear un nuevo "hito de confianza" para las comunidades de Pelluhue y Curanipe, luego del tsunami del 27 de Febrero de 2010, el arquitecto Felipe Muñoz diseñó un mirador efímero en madera, inspirado materialmente en los restos dejados por la tragedia. La obra -que contó con el apoyo directo de la municipalidad local- enmarca el horizonte a través de la densidad volumétrica generada por la suma de las tablas de pino, con la idea de demostrar que "a partir del caos es posible construir algo nuevo".
El territorio intervenido se destaca por actividades turísticas asociadas al mar y por la actividad forestal asociada a la Cordillera de la Costa. El proyecto se concibe desde la iniciativa del Municipio de Pelluhue, que buscaba reconstruir y/o crear “hitos de confianza” para re-incentivar el turismo en esta zona costera. En esos años, la población todavía se encontraba muy temerosa.
Para abordar la problemática se eligen materiales simbólicamente dejados por las olas, frágiles al paso del tiempo y que formalmente dieran cuenta que del caos es posible construir algo nuevo. Esta elección buscaba hacer referencia al proceso de reconstrucción llevado a cabo por los mismos habitantes de la zona, en base al rescate de restos con el fin de re-construir.
La obra se ubica en la playa “El Pez”, entre las localidades de Pelluhue y Curanipe, VII región del Maule, Chile. La playa es la menos intervenida de la zona y se caracteriza por una topografía dispareja y rocosa. Aquí aparece este “caos” que viene del “rescatar” y el “reunir”, generando una densidad de restos que entregan un hito reconocible en medio del paisaje.
Es un pabellón de 3 metros de alto, 4 de ancho y 15 de largo, formado por dos vigas reticuladas que se posan sutilmente sobre un zócalo irregular de roca, haciendo que el aire le la forma al volumen. El mirador se instala a altura media entre cerro y mar, utilizando la misma condición de las construcciones del Valle Costero; viviendas antiguas o galpones agrícolas que se posan entre los cerros que se elevan por detrás y las planicies sembradas a una cota inferior. Éstas resaltan con su magnitud horizontal en el paisaje, lo que permite contemplarlas y contemplar el valle desde ellas mismas.
En esta obra, la volumetría que tiende a la horizontal es seccionada para hacerla habitable desde este zócalo, abriéndose hacia el océano y enmarcándolo, acentuando este paisaje en el sosiego horizontal.
El habitar se da en la roca que pasaba inadvertida en medio de un “skyline” disparejo, pero que ahora se resalta como la cualidad del lugar; condición distinta de la extensión plana de las demás playas del sector. El pabellón busca resaltar esta condición y propone habitar dentro de esta concavidad, enmarcando el horizonte. Una transición entre cerro y mar.
Arquitecto: Felipe Alejandro Muñoz Arellano
Programa: Mirador
Ubicación: “Playa el Pez”, km. 8.200 camino público Pueblo Hundido, Curanipe, Tregualemu (ruta costera M-80N), Comuna de Pelluhue, Región del Maule, Chile
Superficie construida: 52 m2 (aprox)
Diseño: Junio - Noviembre de 2011
Construcción: Noviembre - Marzo de 2012
Presupuesto: $1.350.000
Materialidad: Estructura de Pino Impregnada, sección 1”x4” y 1 ½”x5”, con anclajes y uniones de acero